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Pieza del artista y editor Ben Kinmont, 2011 |
“Please Sing Along” (1974) es una performance de Nancy Buchanan y Bárbara Smith, que evidencian las tensiones entre estos dos movimientos paradigmáticos.
Ana Mendieta (1948-1985), se convirtió para el arte feminista en una de sus figuras más comprometidas con la denuncia hacia la violencia de género. Carl Andre (1935) por su parte es un artista y escultor que ha desarrollado un papel importante dentro del minimalismo. Mendieta conoció a Carl Andre y se casaron el mismo año de su muerte. Llevaban una vida muy intensa y ambos eran artistas de éxito. Hicieron su luna de miel en el Nilo, viajaron a distintos lugares del mundo, y vivieron en Roma donde tuvieron exposiciones y donde Ana Mendieta residió por temporadas desde 1983 hasta 1985 después de haber recibido una beca de la prestigiosa Academia de Roma. Se dice, además, que ambos artistas abusaban de las bebidas alcohólicas.
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Ana Mendieta: Facial Hair-Transplants. ( Transplante de vello facial 1972) Foto-Performance |
LA MUERTE DE ANA MENDIETA
La vida de Ana Mendieta acabó de forma trágica en 1985 con apenas 36 años de edad, al caer desde el piso 34 de un edificio de apartamentos en Manhattan, siendo el único testigo del suceso, su marido, el prestigioso artista Carl Andre, quien declaró durante el juicio que siguió a la muerte de Mendieta que ésta había saltado desde una ventana en el transcurso de una acalorada discusión. El día del fallecimiento de Mendieta, su marido tenía arañazos frescos en la zona de la nariz y de la frente, y sus declaraciones a la policía contradijeron las que él mismo había dado a la operadora cuando llamó a 911 en el momento del trágico suceso. No hubo otros testigos y solo una persona en la calle oyó a una mujer gritar “No, no, no, no…” y el golpe seco de la caía del cuerpo de Mendieta en el tejado de una charcutería situada debajo del apartamento que compartía la pareja.
Carl Andre defendió su inocencia durante tres años, compadeció tres veces ante los tribunales, consiguió una fianza de su amigo y compañero Frank Stella por valor de un cuarto de millón de dólares y finalmente fue declarado inocente. Sin embargo, aún se están escribiendo artículos y libros que tratan de esclarecer este caso y que, a la vez, analizan la obra de la artista Ana Mendieta.
En la madrugada del 8 de septiembre de 1985, el cuerpo de Ana Mendieta sería
encontrado en la acera de Greenwich
Village tras haber caído 34 pisos desde su apartamento. A pesar de
haber sido declarado inocente, su esposo, el artista minimalista Carl Andre sigue siendo el culpable para la familia de la artista y para muchos otros miembros de la comunidad
del arte contemporáneo, aunque fue apoyado, por otra parte, importante del gremio, como el
artista Frank Stella quien pagó la fianza para liberar a su colega encarcelado,
así como muchos ricos industriales y patronos de las artes que habían
apostado por el trabajo de Andre a través de su fundación.![]() |
Ana Mendieta, Body Tracks (Rastros Corporales), 1982 |
Carl Andre fue absuelto, y arrojada al vacío fue Ana Mendieta.
Un triste y paradójico final para una artista que denunció la violencia contra las mujeres en muchos de sus trabajos y acciones.
En 1992, siete años después de su muerte, se concluyeron las obras de ampliación del Museo Guggenheim de Nueva York. Para inaugurar las nuevas salas, fue organizada una exposición colectiva con obras de Brancusi, Kandinsky, Joseph Beuys, Robert Ryman y Carl Andre. Al tratarse de una muestra integrada exclusivamente por hombres, en el último momento y por temor a las críticas, Louise Bourgeois fue incorporada a la nómina de artistas participantes.
Durante la gala del Museo Guggenheim en Soho, Nueva York, manifestantes feministas mostraban en sus pancartas una única consigna a todos los invitados que llegaban al recinto: ¿Where is Ana Mendieta? (¿Dónde está Ana Mendieta?). La frase no solo evocaba la prematura muerte de la artista cubano-estadounidense siete años antes bajo circunstancias que hasta nuestros días se mantienen borrosas, sino que criticaban enérgicamente la ausencia de mujeres artistas en las exposiciones más importantes de la franquicia artística.
Todavía podemos notar un número mucho
más reducido de exposiciones de artistas mujeres vivas que de hombres en la
gran mayoría de museos y galerías alrededor del mundo.
El 24 de junio, a las 5:30 de la tarde, media hora antes de la reapertura oficial del Guggenheim, mientras llegaban los primeros invitados, grupos de mujeres pertenecientes a la Women´s Action Coalition (WAC) y al colectivo de las Guerrilla Girls empezaron a congregarse en el exterior del museo. La protesta ante el Guggenheim tenía un claro objetivo: denunciar los mecanismos de la institución artística para legitimar a determinados artistas y la escasa presencia de mujeres en los museos y centros de arte. Algunas de las más de quinientas manifestantes lucían en sus rostros máscaras de gorila; otras, bolsas de papel sobre la cabeza con frases y lemas reivindicativos y entre las numerosas pancartas destacaba una en la que podía leerse “Carl Andre está en el Guggenheim. ¿Dónde está Ana Mendieta?”
“Soy un artista muy famoso y ella no lo era. Quizás eso le pudo y en ese sentido, quizás yo pude haberla matado”.La reacción del mundo del arte fue prácticamente unánime. Todos cerraron filas en torno a Andre sin mostrar el mínimo resquicio de duda. A ella se la tachó de loca, interpretando sus obras como las de una mujer obsesionada con el suicidio y traumatizada por su difícil infancia. La crítica tradicional analizó la obra de la artista desde una perspectiva patriarcal y etnocéntrica que la aislaba de su contexto.
El 24 de junio, a las 5:30 de la tarde, media hora antes de la reapertura oficial del Guggenheim, mientras llegaban los primeros invitados, grupos de mujeres pertenecientes a la Women´s Action Coalition (WAC) y al colectivo de las Guerrilla Girls empezaron a congregarse en el exterior del museo. La protesta ante el Guggenheim tenía un claro objetivo: denunciar los mecanismos de la institución artística para legitimar a determinados artistas y la escasa presencia de mujeres en los museos y centros de arte. Algunas de las más de quinientas manifestantes lucían en sus rostros máscaras de gorila; otras, bolsas de papel sobre la cabeza con frases y lemas reivindicativos y entre las numerosas pancartas destacaba una en la que podía leerse “Carl Andre está en el Guggenheim. ¿Dónde está Ana Mendieta?”
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WAC y las Guerrilla Girls afuera del Museo Guggenheim 1992 |
La policía levantó barricadas alrededor del museo y mientras se inauguraban las nuevas salas con la apertura oficial de la exposición, un grupo de activistas de la WAC, a pesar de no contar con invitación, consiguió acceder al interior del edificio. Una vez dentro, colocaron carteles en las paredes con la frase “¿No estás aburrido/a de ver año tras año los mismos artistas hombres blancos?”, y pegaron sobre las obras expuestas, fotocopias con la cara de Mendieta. “¿Dónde está Ana Mendieta?”, preguntaban. La cuestión formulada apuntaba a una doble dirección: por un lado, a la muerte de la artista a manos de Carl Andre y por otra, a la escasa presencia de mujeres en las instituciones artísticas.
Él, absuelto, libre y encumbrado.
Ella, asesinada, marginada y excluida.
Ella, asesinada, marginada y excluida.
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http://www.nytimes.com/1990/06/10/books/a-death-in-the-art-world.html
http://puntadassubversivas.wordpress.com/author/puntadassubversivas/
Laberintos corporales en la obra de Ana Mendieta [1] María del Mar López-Cabrales