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Zhang Huan No.1(Series: Berlin Buddha), 2007 |
Cuenta esta parábola que había un hombre que se turbó tanto al ver su propia sombra y le desagradaron tanto sus propios pasos, que decidió deshacerse de ambas cosas. El método que utilizó fue huir de ellas, así que se puso en pie y corrió; pero cada vez que ponía un pie en el suelo aparecía otro paso, mientras que su sombra le seguía de cerca sin ninguna dificultad. Atribuyó su fracaso al hecho de que no corría con suficiente rapidez, así que empezó a correr cada vez más rápido sin detenerse, hasta que finalmente cayó muerto. No se dio cuenta de que si se movía por un lugar sombreado, la sombra desaparecería y que si se quedaba inmóvil, ya no habría más pasos.
Ese hombre existe en todos nosotros. Esa es nuestra lógica, huir de la sombra.
¿Por qué? ¿Qué hay de malo en ella? Tu ira, tu rabia, tu envidia, tu adicción; todo ello son tus sombras; pero recuerda, son solamente sombras, en cierto sentido son y no son, es insustancial, una sombra es una ausencia.
En la parábola se dice “Había un hombre que se turbó tanto al ver su propia sombra y le desagradaron tanto sus propios pasos, que decidió desaceres de ambas cosas” ¿Qué es lo que te turba? ¿Por qué te resulta tan molesto el sonido de tus propios pasos? Eres sustancia, así que debes producir algo de sonido. Cuando algo existe, a su alrededor se crean sonidos, pasos, sombras, así son las cosas, no se puede hacer nada al respecto, así es la naturaleza; si tratas de hacer algo a respecto te equivocarás, si intentas hacer algo para huir de ti mismo desperdiciarás toda tu vida y al final sentirás que no has logrado nada, la sombra permanece y la muerte llama a la puerta.
Antes de que la muerte llame, acéptate a ti mismo, y entonces, resultará el milagro. Cuando te aceptas a ti mismo, no necesitas huir, no necesitas que los demás acepten de ti. Tú ya eres y con eso basta. No trates de escapar de ti mismo, no puedes ser otro, nunca habrá otro igual. Lo mismo sucede con tu ser, tienes un ser incomparable, celébralo. El universo ha concedido un don único a cada ser y tú lo condenas.
¿Por qué no ser sencillo y aceptase? ¿Por qué no decir sí a la sombra? En el momento en que dices sí a la sombra, esta desaparece ¿Por qué hacer un problema de ello? Tal y como eres ahora creas un problema de todo. Te habría gustado ser un dios y carecer de sombra. Pero tú ya eres un dios y no puedes ser nada que no seas ya, solo puedes ser lo que eres. Todo devenir se mueve solo hacia el ser que ya eres.
Finalmente, llegarás a ti mismo y a la realización de que siempre has estado ahí, nadie puede arrebatártelo.
La gran pregunta es, ¿por qué no te aceptas a ti mismo tal y como eres? ¿Qué hay de malo en ello? Toda la existencia ya te acepto como eres, excepto tú mismo. No falla ni falta nada. Eres perfecto respecto a cualquier posibilidad de perfección que pueda existir.
Trata de comprenderlo porque solo así entenderemos la parábola de Chuang Tzu.
Esto es como luchar con la oscuridad: tu casa está en total oscuridad y te preguntas ¿cómo puedo encender una vela? “Antes de poder encender esta vela necesito deshacerme de todas esta oscuridad” Eso es lo que has estado haciendo. Eres un necio. Estás diciendo que debes acabar con la oscuridad para poder encender una vela como si la oscuridad te entorpeciese.
Nos parece muy difícil saber que somos dioses, pero ¿qué es lo que falta? Aunque sientas que es un “como sí” yo fuera un dios, no te preocupes, una vez que empieces a existir como un dios desaparecerá toda la tristeza, toda la miseria, toda tu oscuridad.
La parábola continúa “(…) el método que utilizó fue huir de su sombra y sus huellas” La mente siempre tiene solo dos alternativas, o luchar, o huir. Siempre que surge un problema, la mente lucha contra él o huye de él, y ambas alternativas son erróneas. Si luchas, te quedas con el problema; si huyes, el problema continúa estando allí. Si luchas estás dividido porque el problema no está fuera, está dentro. La mente piensa “lucha”, pero si luchas reprimes y escapas; pero ¿a dónde escaparás? La ira te perseguirá, vayas donde vayas, la envidia te seguirá, el ego te seguirá, es tu sombra. La sombra no te abandonará de esa manera, y no te ayudará ni a luchar, ni a huir.
Continuando con la parábola “Atribuyó su fracaso al hecho de que no corría con suficiente rapidez, así que empezó a correr cada vez más rápido, sin detenerse, hasta que finalmente cayó muerto.” La mente cuenta con una lógica viciada, es circular. Recuerda, cuando hay alguien más la mente siempre es correcta, cuando estás solo, la mente entonces no funciona. La mente está programada para subsistir con las mentiras de la sociedad.
Cuando se trata de los demás, piensas que estás en lo correcto, cuando se trata de juzgar a los otros, entonces tu mente es lógica, pero cuando se trata de ti mismo, huyes. La mente siempre es correcta cuando la utilizas con los demás, pero empieza a equivocarse cuando la utilizas contigo mismo. Este hombre tuvo dificultades porque utilizó la mente para sí mismo, así que cada vez corrió más de prisa y cayó muerto.
Este hombre no se dio cuenta de que si se limitaba en ir por un lugar sombreado, la sombra desaparecería, ¡Qué fácil era!
La parte sombreada es tu interior, no las opiniones de las personas sobre ti, no las opiniones de ti mismo con la mente, no escuches a la mente, entra a la zona sombreada. Pero el problema es que permaneces en la periferia. No es necesario huir y no es necesario luchar.
A esa zona sombreada Chuang Tzu le llamó Tao, es tu naturaleza más profunda, absolutamente profunda ¡Disfruta de ella!