13/1/17

El arte del triunfo

He aprendido algunas cosas en el año que dejamos atrás, y una de las más importantes es que si quieres triunfar en la vida, tienes que tener algo claro: lo que los demás digan y piensen de ti, es irrelevante, lo único relevante es lo que tú eres; lo que piensen los demás es problema suyo y no necesitas preocuparte por ello.

No conviertas tu vida en una teatralidad, porque una vez que empiezas, es muy difícil parar; siempre estás actuando y si la gente respeta una falsedad, entonces, te convertirás en un falso. Si quieres convertirte en pintor y se trata de un gran deseo, conviértete en pintor, así esto signifique que sigas pobre, conviértete en un pintor, así la crítica no te sea favorable, no te hagas el artista “multidisciplinar” para hacerte interesante; si no estudiaste arte por un deseo inconsciente y si solo haces las cosas para satisfacer a las otras personas: al galerista, al curador, al crítico, entonces quizás podrás ganarte el premio o hasta enriquecerte; pero no te habrás realizado, serás un fracaso rotundo porque lo único verdaderamente fundamental, es la realización personal, y la realización personal no viene de afuera nunca. 

Existe una historia sobre un escritor que se ganó un reconocimiento por ser el mejor en su clase: el día de la ceremonia, estaba triste. Un amigo le preguntó ¿Por qué estas triste? Eres el mejor escritor que conozco, has vendido miles de libros y nadie puede hacerte la competencia ¿Por qué estás tan triste? El escritor le respondió: nunca quise hacer esto, todo fue por las circunstancias, he triunfado en algo que nunca quise y ahora no sé cómo escapar de ello, si hubiese sido un fracasado tendría una oportunidad, pero ahora no tengo escapatoria. 
Su amigo estupefacto desdeña: ¡Debes estar bromeando! ¿Qué estás diciendo? Tu familia es feliz, tu esposa es feliz, tus hijos son felices, todo el mundo está encantado y todos te respetan. El escritor de nuevo respondió: Pero yo no puedo respetarme a mí mismo, eso es lo principal, por eso no me hace feliz ser el mejor escritor de mi clase.

Ese es el gran problema, la realización viene a través de la naturaleza y no de la gente, llevas tu destino en tu interior, pero es algo inconsciente, síguelo, nadie creerá que lo hayas alcanzado porque no te ven aplaudido por la masa, pero tú si serás consiente de ello. Puede que no te ganes un premio, porque esos premios no siempre los obtienen las personas realizadas; a veces, una persona realizada no ha recibido un premio porque los premios se otorgan quienes hayan obedecido al statu quo y hayan logrado alcanzar los objetivos de esa sociedad y nolos suyos propios. 

Miremos por ejemplo al mundo del espectáculo, artistas del cine, de la música, del entertaiment y no hallarás personas más tristes que ellos, muchos se han suicidado, son drogadictos, alcohólicos y sufren de depresión, deben internarlos en clínicas de reposo pero tienen todo el dinero que quieran tener y eso no se trata de una coincidencia, eso tiene un significado: la mayoría de estos personajes no se sienten realizados. Basquiat no se sentía realizado, Pollock no se sentía realizado, sustentó su carrera en un accidente que no se puede mantener toda la vida, en un amigo crítico que escribía sobre él, y entonces, sentía que nada había conseguido por mérito propio, sentía que era un farsa. 

Ahora, los elogios no pueden colmarte porque los elogios vienen del exterior, lo veo en la cara de muchas personas todo el tiempo, lo veo en las exposiciones y eventos, todos tan tensos, tan tristes, tan irritables y miserables, escondiendo una fuerte frustración detrás de una sonrisa falseada; pero si les miras bien, parecen que ya casi explotan. En el mundo del arte parece que todos ya casi explotan. Por eso algunos personas prefieren no ir a las inauguraciones, porque parece que algo pronto va a explotar. 

 Si acabas de ganarte esa beca, ¿no se supone que debes estar feliz? Y no me refieroa la felicidad que mostramos en las redes, esa es otra farsa. Me refiero a sentirte realizado, auténtico, pero no lo están. Esas demostraciones de felicidad pública son conscientes porque hacen parte de nuestro teatro. Lao Tse dijo: “La inconsciencia y la total sinceridad son perturbadas con cualquier esfuerzo y demostración autoconsciente” Todas esas demostraciones de felicidad y dicha que hacemos públicamente, son una mentira, son para los otros y no para uno mismo. Te interesa que el otro te vea feliz porque quizás, eres tan miserable que no puedes soportarlo. 

Muchas de las personas que triunfan en la sociedad, son una mentira, no es la regla general, pero sí podemos ver que las personas de éxito traen a cuestas muchas mentiras sobre su espalda. Para triunfar en este mundo y para triunfar en el mundo del arte, a veces, parece que hay que ser un mentiroso, pero entonces, te pierdes a ti mismo; triunfas en este mundo y te conviertes en un fracaso en tu interior, eres un fracasado para ti mismo. Ahora bien, una vez que te interesa mucho lo que los demás dicen de ti, cada uno de tus actos se convertirán en un fracaso. Aquí puede que tengas éxito, pero ese éxito será inútil porque nunca te realizarás verdaderamente, nunca alcanzaras la realización de ti mismo, por eso estás enfermo, estresado y lleno de tensión, por eso no puedes soportar la buena racha del otro; puedes acumular recortes de prensa que hablen de ti, puedes acumular exposiciones, ferias, subastas, colgar certificados en tu pared, pero esos certificados no son la vida, estás frustrado. Las caras de las personas con las que cargas cuando sales, no son la vida, las sonrisas falsas, no son la vida. Y así, poco a poco, con cada nuevo acto, más te hundes en la mentira y en la miseria, te vuelves un miserable. Puedes alcanzar gran parte de la porqueriza de este mundo, pero te perderás de lo que es real. 

¿Por qué resultan tan molestas las personas que no se ciñen a la sociedad? Porque alcanzan a ser sinceras, y solo se necesita un tipo de sinceridad: sé conforme a tu naturaleza. No necesitamos más sinceridad. Deja que todo el mundo te tache de soberbio, egoísta, insensato, no te preocupes por eso. Es lo que dicen de las personas que siguen su propio camino, que estás errado, que estás mal, que eres un loco, pero si no haces ningún daño a nadie y tú eres feliz y eres sincero con tu naturaleza, no hay otro camino posible. Si te gusta beber, bebe, si te gusta fumar, fuma, si te gusta comer pasteles, come pasteles, pero no dejes de hacerlo solo por que lo piden los demás. Solo cuando tu mismo decidas dejar de hacer algo, será el momento ideal.
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Si los demás ponen en ti sus expectativas, seguro los defraudarás. Estamos aquí para realizarnos a nosotros mismos, no para cumplir las expectativas de otros, los demás también tienen que realizarse ellos mismos y no importa si no cumplen con mis expectativas, eso lo tengo claro; si no me agrada una obra, no tendría por qué importarles, pero les importa demasiado, reaccionan como hienas asustadas, más mi opinión no debería importarles; lo que escriba una persona no tiene mucha trascendencia si tú en el fondo sabes que hiciste tu obra con total sinceridad. Ahora, si solo lo hiciste para agradar, para tener una aprobación, por ambicionar un minuto de fama, entonces entiendo porqué se ofende tanto tu ego, tu ego tiene miedo de que se descubra toda tu farsa, entonces, reaccionas como hiena asustada porque tu obra no es real. 
Si las personas esperan algo de ti, ese es su problema, si esperan a que yo siempre este de buen humor, a que siempre debo tener una cara amable, ese es su problema, no es conforme a mi naturaleza sonreír y saludar todo el tiempo, eso es ser falso. No hago parte de un circo y no estoy actuando. 
Si te molestas por mi actitud, tu eres el que tiene el problema. Una persona así es alguien que es sincera respecto a su naturaleza interior, estoy aquí para realizarme y tu estas aquí para realizarte, no espero nada de los otros y no necesito que nadie espera nada de mí. No voy a ser ninguna Marta Traba, ni tengo que estar diciendo que fui a Italia, a Londres, a Nueva York para obtener una miserable cuota de aprobación. Es lo que parece que necesitan todos. Ser admirados por circunstancias externas, tontas, absurdas: un viaje, un bolso, un idioma, un plato de comida, un premio...nadie espera ser admirado por quien es, sino por lo que tienen. Pura porqueriza mundana.
No tienes por qué compararte con nadie, no tienes que compararte conmigo, ni con el que más vende, ni con el que acaban de seleccionar para esto o lo otro, no tienes que ostentar un doctorado, no tienes que hacer nada; gasta tu dinero en lo que mejor te parezca, no te compares con nadie. Y de mi parte, no esperen a la gran crítica de arte porque ni yo misma espero eso, así que es mejor que se acaben las expectativas porque las expectativas son peligrosas.
Si esperas algo de otra persona, si piensas que tiene que responder a tus necesidades como artista, galerista, curador, entonces los convertirás en exhibicionistas, los convertirás en mentirosos. Y peor, aún, si te empeñas en cumplir las expectativas de todos, entonces, serás definitivamente un mentiroso. Los peores docentes que he conocido son mentirosos, pero son quienes permanecen en las instituciones porque a la sociedad le gusta mentir, sonríe y adulan a sus superiores, montan caras falsas, hacen trabajos que no les corresponden con tal de mantener un puesto de trabajo, no cuestionan a los estudiantes con tal de asegurar la empatía de un grupo de jóvenes que se sienten felizmente cobijados en la mediocridad, son unos mentirosos. Mis mejores docentes fueron reales, eran los más sinceros, llegaban alcoholizados, fumaban en exceso, llegaban tarde a las clases, o, en ocasiones, nunca llegaban, pero sus enseñanzas fueron invaluables. Esos no permanecieron en las instituciones porque ellos se comportaban de acuerdo a su naturaleza. Ellos no fueron falsos, eso sí es de admirar. Todo el mundo del arte parece soportado en un juego macabro de mentiras, desde la universidad que vende títulos a gente que no los merece, hasta la feria de arte. Todo es tan postizo, tan falso.
Lo que mejor podemos hacer es no esperar nada de nadie y no colmar las expletivas que la gente tiene de uno; no dejes que los demás se formen expectativas respecto a ti, debemos pasar por los sufrimientos que debemos pasar, debemos sacrificar cosas, debemos trabajar como debamos trabajar, pero no colmes expectativas, porque si lo haces, a cada paso te hundes más en la miseria y en la presión. Si sufres, sufre por ti, si los demás sufren por tu forma de ser, sufren por ellos mismos, eso si puede ser auténtica religiosidad, ser real con uno mismo, eso es lo que Lao Tse llamó el Tao. Significa fluir incondicionalmente con tu inconsciente y confiar en ti mismo, confiar en tu naturaleza y solo así cada cosa que hagas en tu vida será una verdadera realización, de lo contrario cada proyecto que te plantees será un fracaso. 
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Cuando te conviertes en un exhibicionista, cuando exhibes todo lo que haces en las redes sociales, tu vida, lo que comes, a donde sales, con quien hablas, con quien te ves, qué haces a cada rato, todos comenzarán a apreciarte porque te has convertido en una víctima de sus antojos, eres su bufón. Ya les pusiste un plato, esperan el otro, ya pusiste a tu familia, ahora esperan más; las personas detrás de las pantallas solo esperan de lo que tú les das para seguir devorando y así poder criticarte. Pero eres tan poco astuto, tan ingenuo, que creer que eres una celebridad porque los "likes" son como un placebo. Te voy a decir una gran verdad: solo eres un bufón. 
Por eso creo que es mejor que seas real desde el principio. Si no te cae bien alguien, no es tu culpa, quizás tampoco sea su culpa, pero simplemente no simpatizan. Tampoco tienes que decir que te gusta un trabajo si no te gusta en verdad, no lo hagas, porque cuando se cae la mentira, todos lo notan; así les ha pasado a algunos en el mundo del arte, por lo tanto, puede ser mejor estar solo desde un principio y así no tendrás mentiras a cuestas que llevar. 

Cuando te "aprecien" los demás, debes tener mucho cuidado porque estarás recorriendo un camino peligroso, tarde o temprano acabaran sancionándote, todo tiene su opuesto, todo tiene que ser equilibrado, cuando la gente empieza a hablar de tu éxito, ten mucho cuidado porque el fracaso se aproxima; cuando te coloquen en un trono, en un pedestal, escapa rápido, porque tarde o temprano te echarán de ahí, pero eres tan tonto y tan estúpido que nunca te percatas, crees que el premio es solo tuyo, crees que el elogio es real, crees que eres muy importante y estás cegado. No eres importante, el sol es importante. Te quieren mientras vendas, mientras pasa la exhibición, mientras les sirves para algo, pero estás tan absorto en toda esa farsa que no te percatas de que antes hubo otro que ocupó ese trono, que le colocaron allí, pero le destronaron para colocarte a ti, y tú te crees muy importante. Te pondrán guirnaldas y te darán la bienvenida, pero luego encontraran a otro actor, a otro bufón más interesante, más joven, más creativo, o más a la vanguardia y luego te echaran a ti; ese es todo el juego. 

No busques nada afuera de ti mismo y no fracasarás.

No le pidas a las personas que te respeten, “sé el último y así nadie podrá empujarte más atrás” No te pongas de primero porque el mundo se convertirá en tu enemigo y terminarán castigándote. Si te aprecian, luego te castigaran y si te respetan, acabaran insultándote. ¿Por qué pasa esto? Sucede que cuando alguien te respeta se siente insultado en lo profundo de su ser porque se convierte en tu inferior, ¿Cómo va a poder perdonarte? No puede; algún día habrá que ajustar cuentas. Cuando se postró y te besó los pies se abrió una profunda herida en su interior, era inferior a ti en ese momento y ahora tiene que probar que no lo es, algún día tiene que mostrar que es superior a ti, tiene que ajustar cuentas, y esto yo misma lo he comprobado. Por lo tanto, no necesito adulaciones todo el tiempo porque la cuenta viene después. Por esta razón también acontece que nunca he llegado a sentir admiración por alguien, y por eso tampoco sé odiar, no tengo cuentas con nadie porque nunca me he sentido inferior. No veo ninguna clase de superioridad en los otros, sólo veo diferentes circunstancias. Yo no admiro al más viejo, al más experimentado, al que sabe más idiomas, al que tiene más dinero, al que es dueño de una colección, no admiro al director del museo ni a los curadores o al que mostró más títulos o al más virtuoso en el dibujo, porque ¿Qué hay ahí de admirar? Solo son circunstancias y uno no admira las circunstancias. Yo aprecio a las personas, al sabio y no a sus circunstancias, así que conmigo no funcionan tus ganas de ostentar. 

Si es el mejor dibujante, es básicamente porque dibuja, y lo hace mucho más que yo porque tiene la disciplina de hacerlo, si es el que habla más idiomas, es porque básicamente estudió más idiomas, si sabe de color, es porque le apasiona el color y estudia el color; entonces, ¿porqué enfadarse de que sea el mejor? ¿Por qué subestimas tu trabajo y sólo deseas tener la atención que tienen los otros? Ese es el  vicio del hombre, desear reconocimientos por cosas que el mismo no hace. Algunas personas me tachan de que soy una soberbia, pero eso no es ser soberbio, en oriente lo llaman ser diosista, es decir, saber que en tu interior hay un dios y los dioses no envidian a otros dioses, ellos solo son. 
Por eso según la historia Jesús era tan molesto para la asamblea de Pilato, porque cuando le preguntaron ¿Eres tu el Rey de los judíos? Él solo respondió: "tú lo has dicho". Un Jesús, un Buda, un Lao Tse, un Sócrates, o incluso un Schopenhauer jamás tuvieron que demostrar nada, ellos solo fueron ellos y eso molestó mucho a la sociedad. Por eso en el mundo del arte existe tanto resentimiento y tanto odio, porque todos creen que hay un solo trono, que hay un solo camino, que hay una única forma de triunfo cuando en realidad cada uno tiene un trono, por eso no hay que estar endiosando a nadie y mucho menos envidiándole, cada uno es un dios. La envidia solo puede permitírsela un mediocre. Ahora, no me refiero con esto a que no podamos reconocer las virtudes de nuestros compañeros, las buenas obras, los trabajos bien hechos; eso es diferente. Eso es ver la virtud de cada uno y saber que siempre hay personas que también saben hacer las cosas con pasión y verdad.
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Las personas verdaderamente sabias no piden aprecio, cuando llegas con un halago exagerado te dicen de inmediato ¡Detente aquí y ahora, porque tarde o temprano lo acabaré pagando! Por esta razón no me agradan mucho los halagos cuando son permanentes, porque sé que esperan algo a cambio: una sonrisa, un saludo, una manifestación de agradecimiento por esa adulación y muy probablemente yo no tenga nada para darles, no puedo devolverles nada porque no he pedido nada pero parece que todo el mundo espera algo; cobran los halagos, las personas te cobran los halagos y esperan la sonrisa, el mensaje y que te aguantes todas sus tonterías, sus manoseos, su falta de dignidad incluso con ellos mismo, se arrastran a tus pies y tu siempre estás tratando de no pisarlos, pero estar apartando hombres molestos cansa, así que tienes que pisarles. Por lo tanto, no me interesa recibir admiración porque no tengo cómo pagarla, no puedo tener más simpatía con alguien de la que tengo de forma normal, y cuando no me nace, no me nace, esa es mi naturaleza. 

También hay que darse cuenta de que las personas se han hecho tan falsas que incluso mienten cuando están a solas en el baño, son mentirosas, ni siquiera ahí son reales o auténticas; las mentiras se han convertido en algo tan cotidiano que todo el tiempo te siguen. Por eso es mejor ser natural digan lo que digan los demás, no van a cambiarte porque digan esto y lo otro. Aunque digan que eres rebelde, malo, dañino déjalos pensar, aunque eso te cueste estar o no en exposiciones, trabajos, o invitaciones a eventos que luego de alguna manera tendrás que pagar, déjalos que hablen, pero permanece autentico a tu propia naturaleza.
Cuando Atenas castigó a Sócrates le dieron una condición: si prometes dejar de hablar, quedarte en silencio, no seguir con tus cosas y tus filosofías entonces te perdonaremos; pero Sócrates soltó una carcajada y respondió: ¡Eso es imposible!, eso es imposible porque no puedo ser infiel a mi auténtica naturaleza, así es como soy y continuaré hablando, podéis matarme, eso lo decidirán ustedes, acepto el veneno, pero no acepto el silencio. 
Sé autentico contigo mismo y no te preocupes por lo que dicen los demás, ese es el único camino para alcanzar el triunfo verdadero porque es la única manera de ser natural. Si no estás interesado en justificar quien eres, estarás en paz con la misma creación, serás un dios, estarás en paz aunque lleguen a matarte. Se dice que Sócrates estaba muy tranquilo cuando le administraron el veneno ¿Qué más te da lo que hagan los demás? eso no te afecta, eso es ajeno, lo natural es acertado, ser tú mismo es acertado, es todo lo que realmente puedes ser, cualquier otra cosa, cualquier otro acto de complacencia con los otros, cualquier intento de llenar expectativas que no sean las tuyas hacia ti mismo para ser mejor, es extraviarse. 


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Anna Atkins (1799–1871), Dictyota dichotoma, in the young state & in fruit , from Part XI of Photographs of British Algae: Cyanotype...