4/12/14

EXPOSICIÓN PEQUEÑO FORMATO EN LA COLECCIÓN MUA


Desde 2005, el Museo de la Universidad de Alicante ha programado exposiciones en las que se han mostrado obras de su colección siguiendo criterios temáticos, técnicos o pedagógicos. Aspectos como la diversidad del arte contemporáneo, la obra sobre papel, la fotografía, el hogar, la crítica social o el paisaje son algunas de las cuestiones que se han abordado hasta la fecha.

En esta ocasión, nos hemos decidido por una exposición formada por obras que tienen como denominador común el pequeño tamaño. Para ello hemos seleccionado cerca de 40 obras realizadas por 17 artistas presentes en nuestra colección.
Se trata de un recorrido que permite aproximarnos a los collages sutiles y poéticos de Everlyn Nicodemus, Elvira Pizano, Francisco Farrerras y Nacho Bolea; las composiciones abstractas e ingrávidas de Amadeo Gabino y Luis Moragón; la pintura matérica y paisajística de Carmen Cutillas y Juan Vida; el retrato intimista de la madre, que Eusebio Sempere grabó en el principio de su carrera artística; los dibujos de manos de Pepe Azorín, claro precedente de la gran escultura “Dibujando el Espacio” que preside el campus de esta universidad; las investigaciones fotográficas de Miguel Catalá, Sánchez Montalbán y Rafael Navarro; los fotocollages de Úrsula Ochoa, María María Acha-Kutscher y Cayetano Navarro que homenajean y dan visibilidad a mujeres de ayer y de hoy; y por último la escultura de Inmaculada Abarca, en la que fusiona de un modo divertido, y al mismo tiempo inquietante, iconos infantiles con elementos de la naturaleza.

Una muestra que se nos ofrece cercana y sencilla, que indaga en el ámbito de lo tenue y delgado (delicado), que reclama que nos aproximemos para hablarnos a través del susurro. En definitiva, En Petit Format es un paseo entrañable que discurre por la senda de las pequeñas cosas.

LINK:http://www.mua.ua.es/pagina.php?opc=3&lang=1&id=287

14/8/14

LA DECISIÓN DE ESCRIBIR




En  un tiempo pasado, me angustiaba la idea de pensar que el medio artístico era un monstruo devorador de almas ingenuas que las convertía en seres envidiosos, antiéticos, materialistas, arribistas, y corruptos. Crecí un poco más y el miedo fue totalmente superado sobre todo porque ahora tengo la certeza de que todo esto es cierto. Por fortuna, no todos los que integran el sistema del arte tienen este perfil infame. Te puedes encontrar con personas sabias, interesantes, coherentes, y de buena voluntad, que se interesan por ayudar a los artistas más jóvenes sin necesidad de pedir algo a cambio. Yo me he topado con esta clase de personas y me puedo considerar afortunada.
Sin embargo, mirar al monstruo a los ojos y hacerlo sin temor, no es una tarea fácil. En repetidas ocasiones estamos tan indefensos y nos sentimos tan a la deriva de la incertidumbre del éxito y la certidumbre más próxima del fracaso, que por este mismo terror, algunos de mis colegas han tomado la decisión de desistir. Se alejan del medio artístico, reniegan contra el arte, hablan de la rosca, de la mafia, de las leyes del silencio, de las conveniencias, de las poses esnobistas, del materialismo, de los que se creen sabios, de los docentes mediocres, de los premios injustificados, de la poca valoración al esfuerzo, de la malsana manifestación de compincherías, de los localismo, de preferir los títulos sobre el talento, de la crítica hasta sobre lo que vistes en una exposición... y todos esos vicios que no hacen otra cosa que alimentar al monstruo que nos atrapa. Mis colegas tienen razón, es abominable. 
Pero también, hay algo tan especialmente mágico en el arte separándole de todo lo que pasa a su alrededor, y no es otra cosa que la virtud del intelecto, de la creatividad y del espíritu trabajando conjuntamente, y que sin duda, sigue siendo la manifestación de la capacidad del hombre para crear, diseñar, interpretar y construir el propio mundo. El arte es como un alimento para el impulso creativo de los artistas y es cuando éstos se comprometen verdaderamente,  es cuando pueden surgir las verdaderas obras de arte. No las otras, esas pseudo-creaciones superfluas y banales hechas solo para aparentar y figurar.

Decidí escribir porque creo en el arte, y creo que vale la pena tomársela en serio. Para mí  no es un hobby, ni una actividad insustancial; el arte y todo su sistema, sus agentes, teorías, y  manifestaciones, constituyen toda mi forma de vida y pernean mi manera de ver, de sentir y de ser. 
Quienes escribimos sobre arte, entendemos que es una necesidad que aflora cada vez que hay algo que nos inquieta; y la manera de exorcizar todos esos demonios que rodean este mundo, en mi caso, es escribiéndolos, nombrándolos, llamando a las cosas por su nombre, tal cual son, sin temor a los desdenes de los más falsos, dejando las verdades fijas en el papel, en la pantalla y en la memoria.

William Kentridge. Exposición “Fortuna” MAMM

¿Qué pasa en nuestro contexto con la escritura sobre arte?

Pasa que es un género dividido entre la acartonada academia, donde quienes escriben son historiadores, antropólogos, sociólogos, filósofos, críticos de arte que son historiadores, antropólogos, sociólogos o filósofos y generalmente son texto de encargo para catálogos, revistas especializadas o libros que poco acceso tienen para las personas del común, es decir para el público que no es especializado; y del otro lado, se mueve entre aquello que algunos llaman “periodismo cultural” donde quienes escriben son periodistas que generalmente graban las barbaridades que dijo el artista de manera descuidada, y transcriben el texto sin ninguna clase de criterio o seriedad analítica alguna. Estos textos aparecen cada día en los periódicos y en ocasiones son vergonzosos de leer. Comúnmente contienen errores de fechas, nombres, datos, etc., y lo más preocupante es que les pagan por ello. Sin embargo, también existen por fortuna algunos textos periodísticos mucho más serios y con un nivel crítico más elevado.

Lo cierto es, que en mi caso, ni soy periodista de formación (no sé si sirva un diplomado), ni soy historiadora, ni soy filósofa, ni esteta (aún). Soy una persona que se apasiona por escribir sobre arte con la sinceridad de alguien que ha tomado pentotal. Generalmente, mis publicaciones son para revistas que apenas inician su camino o revistas universitarias, porque siempre me encuentro ante un problema de “rol” y de actitud con quienes leen mis textos, así que mantengo algunas reglas estructurales que aplico siempre al momento de escribir:

-Intento dejar de lado los juicios totalitarios acerca de lo que SI es o NO es arte y prefiero dejar una pregunta abierta. 


-No me distraigo en lo buena persona que es el artista de quien escribo (la falacia biografista), no me dejo manipular por el miedo a los enemigos y menos jerarquizo mis textos de acuerdo al grado de amistad que conmigo puedan tener.



-No escribo de nadie que no me interese (para bien o para mal) su trabajo.

-Procuro no manejar la ley del silencio para protegerme de los miramientos y los detractores.

-Suelo escribir sobre lo que realmente me mueva a hacerlo, nunca escribo un texto forzado por la imposición del alguien más.

-Nunca pienso escribir bien acerca del trabajo de un amigo, a menos que este en verdad lo merezca. Tampoco pienso escribir algo negativo sobre alguien por el hecho de que este no sea mi amigo o tengamos algún problema personal. Lo personal no entra en mis textos y eso debe ser la regla principal de quienes me leen.

-No escribo sobre personas, es decir, nunca nada es personal, yo escribo sobre arte. Lo que se identifica como “persona” es el EGO. 

-Intento manejar un lenguaje muy próximo a todos, por lo cual trato de dejar citas a: Deleuze, Baudrillard, Lyotard, Lacan, Foucault, Vattimo, Derrida, Lipovetsky, Durkheim o Bourdieu, aunque en ocasiones las siento necesarias.

-No me interesa mucho eso que algunos llaman “Política institucional” porque suelo ser "políticamente incorrecta", ya que es la única forma, de en realidad, ser correctos.

-Suelo evitar adular, porque suelo evitar la hipocresía.

Y finalmente, escribo porque me siento completa, porque me es necesario intelectualmente y porque es la única manera de superar ese letargo tan característico en nuestro contexto que solo valora a la luz de las conveniencias y casi nunca valora a la luz de la verdad.



15/6/14

LEG-GUN PARA AI WEIWEI

 He de confesarlo, soy una adicta a las redes como Instagram, pero sobre todo, soy una adicta a lo que sucede en el mundo del arte, digo mundo, porque me interesa lo que pasa en el medio artístico cercano, tanto como lo que sucede en otros contextos. 
Desde el pasado jueves 12 de junio comencé a notar un fenómeno extraño en el Instagram del artista y activista chino Ai Weiwei. Lo sigo desde hace algunos meses, sus imágenes son en realidad entretenidas de ver, con unos gatos preciosos y las fotografías de sus trabajadores, familia y amigos, Ai Wei en su Instagram llama mi atención, no porque sea una “estrella mundial”, sino porque considero que es uno de los pocos artistas que tiene una visión realmente sería acerca de lo que es hacer arte político.
Lo que vi desde este jueves fue una aparición masiva de selfis con los hashtags #gunlegserie #aiweiwei. La raíz de esta avalancha de “Un Legs” se debe a que un par de días atrás, el artista publicó dos fotografías, una de sí mismo sentado en ropa interior con un sombrero y otra de un amigo donde ambos sostenían sus piernas como rifles.

A partir de ese momento y hasta entonces, son miles y miles los selfis enviados por sus seguidores imitando la aparente “humorística” pose; sin embargo, Ai Weiwei es ya conocido por sus polémicas obras y por las fuertes críticas que hace al gobierno de su país, tanto como a los problemas que agobian cualquier sistema. Así que, no es de extrañar que a través del “humor”, el artista utilice un medio masivo como lo es el Instagram para hacer una denuncia más y hacer partícipes a todos sus seguidores.

Para ser franca, no estoy muy clara acerca de lo que propone específicamente Ai Wei con su fotografía, pues podría simplemente no ser nada, solo un chiste o un juego que realizó desde su cotidianidad y la especulación mediática lo convirtió en obra, o, podría ser una crítica política, una postura contra el militarismo, un llamado a la paz… eso por ahora no lo sabemos. 

En última instancia, lo que pesa aquí, es que el asunto se ha vuelto extremadamente viral y muchas personas entusiasmadas han enviado sus fotos a Ai Wei, quien no ha dudado en publicarlas. Hay imágenes de bailarinas, gimnastas, muñecos de juguete como Legos, peluches, y hasta una de las pinturas del también artista Chino, Yue Minjun. 

Nadie sabe a ciencia cierta hasta cuándo Ai Weiwei seguirá publicando las fotografías, por lo pronto yo no me pude aguantar la tentación de enviarle mi selfi al artista, quien posiblemente lo publique o posiblemente no, teniendo en cuenta la cantidad de imágenes que a cada segundo ha de recibir, pero uno nunca sabe. ¿Alguien se anima?



1/4/14

¿DÓNDE ESTÁ ANA MENDIETA?

Pieza del artista y editor Ben Kinmont, 2011

El minimalismo significó para el arte moderno uno de los movimientos más radicales del siglo pasado. Fue un movimiento en el cual, sus planteamientos tanto formales como conceptuales se reducían a la ya conocida frase “Menos es más” de Mies Van Der Rohe; y en parte surgió como corriente artística, nace en los años 60, de manera reaccionaria frente al expresionismo abstracto que le precedió en las décadas de 1940 y 1950. Por otra parte, a finales de los años 60, apareció un grupo de activistas y artistas mujeres quienes denunciaban la primacía de este movimiento en el arte de ese entonces, un movimiento según sus palabras, principalmente “intelectualizado” cuyo espíritu solo se interesaba en alcanzar cierta noción de un determinado purismo estético. En este sentido, aquellas activistas proponían que debían de romper con ese silencio, y es así como se da inicio a un feminismo en el mundo del arte, generado principalmente por las tensiones con el arte minimalista. 
“Please Sing Along” (1974) es una performance de Nancy Buchanan y Bárbara Smith, que evidencian las tensiones entre estos dos movimientos paradigmáticos.


Ana Mendieta (1948-1985), se convirtió para el arte feminista en una de sus figuras más comprometidas con la denuncia hacia la violencia de género. Carl Andre (1935) por su parte es un artista y escultor que ha desarrollado un papel importante dentro del minimalismo. Mendieta conoció a Carl Andre y se casaron el mismo año de su muerte. Llevaban una vida muy intensa y ambos eran artistas de éxito. Hicieron su luna de miel en el Nilo, viajaron a distintos lugares del mundo, y vivieron en Roma donde tuvieron exposiciones y donde Ana Mendieta residió por temporadas desde 1983 hasta 1985 después de haber recibido una beca de la prestigiosa Academia de Roma. Se dice, además, que ambos artistas abusaban de las bebidas alcohólicas. 

Ana Mendieta: Facial Hair-Transplants. ( Transplante de vello facial 1972) Foto-Performance

LA MUERTE DE ANA MENDIETA

La vida de Ana Mendieta acabó de forma trágica en 1985 con apenas 36 años de edad, al caer desde el piso 34 de un edificio de apartamentos en Manhattan, siendo el único testigo del suceso, su marido, el prestigioso artista Carl Andre, quien declaró durante el juicio que siguió a la muerte de Mendieta que ésta había saltado desde una ventana en el transcurso de una acalorada discusión. El día del fallecimiento de Mendieta, su marido tenía arañazos frescos en la zona de la nariz y de la frente, y sus declaraciones a la policía contradijeron las que él mismo había dado a la operadora cuando llamó a 911 en el momento del trágico suceso. No hubo otros testigos y solo una persona en la calle oyó a una mujer gritar “No, no, no, no…” y el golpe seco de la caía del cuerpo de Mendieta en el tejado de una charcutería situada debajo del apartamento que compartía la pareja.

Carl Andre defendió su inocencia durante tres años, compadeció tres veces ante los tribunales, consiguió una fianza de su amigo y compañero Frank Stella por valor de un cuarto de millón de dólares y finalmente fue declarado inocente. Sin embargo, aún se están escribiendo artículos y libros que tratan de esclarecer este caso y que, a la vez, analizan la obra de la artista Ana Mendieta.
En la madrugada del 8 de septiembre de 1985, el cuerpo de Ana Mendieta sería encontrado en la acera de Greenwich Village tras haber caído 34 pisos desde su apartamento. A pesar de haber sido declarado inocente, su esposo, el artista minimalista Carl Andre sigue siendo el culpable para la familia de la artista y para muchos otros miembros de la comunidad del arte contemporáneo, aunque fue apoyado, por otra parte, importante del gremio, como el artista Frank Stella quien pagó la fianza para liberar a su colega encarcelado, así como muchos ricos industriales y patronos de las artes que habían apostado por el trabajo de Andre a través de su fundación.

Ana Mendieta, Body Tracks (Rastros Corporales), 1982 

Carl Andre fue absuelto, y arrojada al vacío fue Ana Mendieta. 
Un triste y paradójico final para una artista que denunció la violencia contra las mujeres en muchos de sus trabajos y acciones.

En 1992, siete años después de su muerte, se concluyeron las obras de ampliación del Museo Guggenheim de Nueva York. Para inaugurar las nuevas salas, fue organizada una exposición colectiva con obras de Brancusi, Kandinsky, Joseph Beuys, Robert Ryman y Carl Andre. Al tratarse de una muestra integrada exclusivamente por hombres, en el último momento y por temor a las críticas, Louise Bourgeois fue incorporada a la nómina de artistas participantes.

Durante la gala del Museo Guggenheim en Soho, Nueva York, manifestantes feministas mostraban en sus pancartas una única consigna a todos los invitados que llegaban al recinto: ¿Where is Ana Mendieta? (¿Dónde está Ana Mendieta?). La frase no solo evocaba la prematura muerte de la artista cubano-estadounidense siete años antes bajo circunstancias que hasta nuestros días se mantienen borrosas, sino que criticaban enérgicamente la ausencia de mujeres artistas en las exposiciones más importantes de la franquicia artística. 
Todavía podemos notar un número mucho más reducido de exposiciones de artistas mujeres vivas que de hombres en la gran mayoría de museos y galerías alrededor del mundo. 
“Soy un artista muy famoso y ella no lo era. Quizás eso le pudo y en ese sentido, quizás yo pude haberla matado”. 
La reacción del mundo del arte fue prácticamente unánime. Todos cerraron filas en torno a Andre sin mostrar el mínimo resquicio de duda. A ella se la tachó de loca, interpretando sus obras como las de una mujer obsesionada con el suicidio y traumatizada por su difícil infancia. La crítica tradicional analizó la obra de la artista desde una perspectiva patriarcal y etnocéntrica que la aislaba de su contexto. 
El 24 de junio, a las 5:30 de la tarde, media hora antes de la reapertura oficial del Guggenheim, mientras llegaban los primeros invitados, grupos de mujeres pertenecientes a la Women´s Action Coalition (WAC) y al colectivo de las Guerrilla Girls empezaron a congregarse en el exterior del museo. La protesta ante el Guggenheim tenía un claro objetivo: denunciar los mecanismos de la institución artística para legitimar a determinados artistas y la escasa presencia de mujeres en los museos y centros de arte. Algunas de las más de quinientas manifestantes lucían en sus rostros máscaras de gorila; otras, bolsas de papel sobre la cabeza con frases y lemas reivindicativos y entre las numerosas pancartas destacaba una en la que podía leerse “Carl Andre está en el Guggenheim. ¿Dónde está Ana Mendieta?”
WAC y las Guerrilla Girls afuera del Museo Guggenheim 1992

La policía levantó barricadas alrededor del museo y mientras se inauguraban las nuevas salas con la apertura oficial de la exposición, un grupo de activistas de la WAC, a pesar de no contar con invitación, consiguió acceder al interior del edificio. Una vez dentro, colocaron carteles en las paredes con la frase “¿No estás aburrido/a de ver año tras año los mismos artistas hombres blancos?”, y pegaron sobre las obras expuestas, fotocopias con la cara de Mendieta. “¿Dónde está Ana Mendieta?”, preguntaban. La cuestión formulada apuntaba a una doble dirección: por un lado, a la muerte de la artista a manos de Carl Andre y por otra, a la escasa presencia de mujeres en las instituciones artísticas.

Él, absuelto, libre y encumbrado. 
Ella, asesinada, marginada y excluida.


                          



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Fuentes:

http://www.nytimes.com/1990/06/10/books/a-death-in-the-art-world.html

http://puntadassubversivas.wordpress.com/author/puntadassubversivas/

Laberintos corporales en la obra de Ana Mendieta [1] María del Mar López-Cabrales

26/3/14

"ORNAMENTALES"

Ornamental:
adj. 1. Que sirve para adornar.

2. Que no es real o práctico, sino secundario o superfluo.


En algunas ocasiones me he vuelto radical a la hora de analizar el arte y su historia, a la hora de identificar los planteamientos ideológicos que la definen, y de encontrar una razón realmente válida que responda el interrogante que Linda Nochlin intentó develar en su ensayo de 1971, “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?”
Sin embargo, en el momento en el que me preparo para dejar este camino, aparece una frase, un comentario, una imagen o una circunstancia que me obliga a replantear mi trabajo y me inducen a pensar que mis sospechas no son incorrectas y que algo en los renglones de la historia del arte definitivamente están mal.

“Figura Decorativa con Fondo Ornamentado” es una pintura de Henry Matisse que hace que me cuestione algunos asuntos que quizás al arte ya no le interesa mirar. 
El trabajo pictórico es incuestionable, el gesto, la pincelada, así como el manejo de las formas, la composición, los aparentes esbozos sencillos, pero sofisticados son características incuestionables a la hora de mirar un Matisse, pero... las mujeres no somos figuras decorativas u ornamentales.


Después de toparme con la pintura de Matisse, recordé un trabajo anterior  “Simetrías” donde identificaba un grupo de artistas consagrados y a sus respectivas parejas sentimentales, las cuales en la mayoría de los casos pertenecían al medio artístico de igual manera. Luego recordé la consideración de la diferencia sexual al momento de escenificar un papel protagónico u antagónico en el sistema del arte, así que tomé como referencia la pintura de Matisse y su sugestivo mensaje.

“ORNAMENTALES” Es una serie derivada del proyecto “Simetrías” que toma como referencia las fotografías de archivo donde hacían presencia algunos artistas icónicos del arte abstracto del siglo XX. En ellas, son destacadas las presencias femeninas que hicieron parte de esta historia, sin embargo, quedaban ocultas tras la sombra de un medio principalmente androcéntrico. "Ornamentales" se refiere a la mujer como adorno, al ornamento del sexo masculino, otro atractivo que debe poseer, además del prestigio y la fama. En este sentido, las piezas son principalmente coloridas, atractivas a la vista, construidas para decorar un espacio que pueda carecer de “ornamentación”

De la serie "Ornametales" Maargaret Barr
 Impresión digital, vinilo adhesivo sobre MDF 70 x 70  cm.

De la serie "Ornametales" Elaine Marie DeKooning
 Impresión digital, vinilo adhesivo sobre MDF 80 x 70 cm.


Serie completa “Ornamentales”: 
http://ursulaochoa.weebly.com/ornamentales.html


Las cianotipias de Anna Atkins: la belleza que conjugan el arte y la ciencia

Anna Atkins (1799–1871), Dictyota dichotoma, in the young state & in fruit , from Part XI of Photographs of British Algae: Cyanotype...