7/4/13

LEYENDO MUJERES


La lectura femenina se representó como una experiencia mimética, edificante y a la vez corrupta. Aunque la aparición de la imprenta y la consiguiente democratización de la lectura acercaron el fenómeno del libro a segmentos de la población anteriormente marginados del mismo, terminaron propiciando la emergencia de un discurso condenatorio que restringía el acceso a la mujer, a casi toda la cultura impresa. De esa visión excluyente resultó la persistencia de su imagen como lectora en las reflexiones de los censores, así como en la enumeración de los peligros que albergaban los libros para las mujeres. Según la mirada androcéntrica no se podía hablar de lectura femenina, puesto que no disponían de una lectura «real» si no de una imagen que la representa como ornamento, y que por tanto ella misma interpreta erróneamente el propio acto de leer.
Debemos explorar dicho fenómeno, a través del examen de su representación en el discurso articulado por varones. De esta manera la lectura femenina se escribió desde la negación, desde el vacío y la limitación «natural» (de ahí el negro de las imágenes de la propuesta) para participar en la mismas funciones intelectuales que sus compañeros.
En Leyendo como una mujer la imagen de una mujer (1996) Lola Luna, adoptó una función del poder masculino como modulador de la imagen femenina y las implicaciones ideológicas de estos contenidos. Intentemos pues leer la imagen de "la mujer", es decir, el signo de mujer, para observar cómo se construye lo femenino frente a lo masculino con mitos culturales cambiantes sometidos a presiones ideológicas en general. Podríamos afirmar que las mujeres son representadas de manera diferente a los hombres porque se asume que el espectador ideal es masculino, y la imagen de la mujer está diseñada para agradarle. La cultura y la ideología sexuada impidió por mucho tiempo a las mujeres tener una visión real de su intelecto apartándola desde una posición «agraciada» y «encantadora».


"Las mujeres, sujetas por la ignorancia de sus sensaciones y al haber aprendido a buscar la felicidad en el amor, pulen sus sentimientos sensuales y adquieren nociones metafísicas sobre la pasión que las lleva a descuidar vergonzosamente las obligaciones de la vida, y con frecuencia, en medio de estos sublimes refinamientos, se dejan caer en el vicio real. Estas son mujeres que deleitan las ensoñaciones de los novelistas estúpidos que, al conocer apenas a la naturaleza humana, elaboran relatos trillados y describen escenas engañosas, todo ello vendido con una jerga sentimental que tiende en igual medida a corromper el gusto y a alejar el corazón de sus deberes diarios. No menciono el entendimiento, pues al no ser ejercitado, sus energías dominadas yacen inactivas, como las partículas de fuego escondidas de forma universal, se supone que impregnan la materia. (Wollstonecraft, 1994:378).

DESCRIPCIÓN:

La obra está compuesta de 120 retratos donde el objeto de estudio fue la figura femenina en su cotidianidad. En este caso, se tomaron las obras que tenían por título "Muchacha leyendo" o "Mujer leyendo". Estas imágenes fueron intervenidas digitalmente donde el color, el fondo y el libro, son eliminados en su totalidad dejando como único elemento de la composición la figura femenina.
Cada mujer está ubicada en un lugar diferente ya que cada una hace parte de una totalidad narrativa en la obra, de ahí la estrategia de invertir el título, (Leyendo mujeres). Ahora, el espectador lee a cada mujer en su particularidad y en su totalidad desde la composición de cada imagen mediante un recorrido visual. Los retratos datan del siglo XVII al XX, donde destacan pintores como Jan Veermer, Gustave Caillebote, Charles Burton, Hans Constantin, Gustave Courbet entre otros, sin embargo, en la obra, no se referencia ninguno de estos pintores ya que el centro de atención son ellas, no quién históricamente las haya retratado. Cada imagen tiene un tamaño de 25 x 17 cm, el cual ha sido utilizado en la edición de libros de mediano formato. Por otra parte el trabajo reflexiona desde un lugar común: la representación de la mujer como objeto de estudio en las más destacadas obras del historial pictórico. El tema de mujeres leyendo fue utilizado por una gran variedad de pintores como un tema "especial" ya que "estas mujeres no leen; solo posan, según palabras de un pintor flamenco. «La intelectualidad femenina es una ficción»
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Pintar a una mujer leyendo  es  igual de interesante que pintar a una vaca pastando"   
Charles Baudelaire










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